Descripción
El amor que vivió con Susan Huntington Dickinson es su otro modo de vivir la experiencia de la inmortalidad. Ese amor fue su medida: «No en otra parte – aunque en Paraíso / Sea encontrado su Equivalente -».
La puerta que abre la poeta no siempre es fácil de traspasar, y la inspiración tiene su precio, esa «divina intoxicación» se vive en última instancia en soledad; pero mediante la palabra poética consigue iluminar un lugar que existe dentro de cada vida humana, como escribe en otro poema: «Cada Vida converge hacia algún Centro – / Expresado – o callado –».