Descripción
Como la titánica figura literaria y filosófica que representa, Georges Bataille ha ejercido, indudablemente, una importante influencia en otros escritores franceses, como Foucault, Derrida y Baudrillard. Sed de aniquilación se adentra hasta el tuétano de sus escritos. Sin embargo, el libro de Nick Land no supone en modo alguno un intento de apropiarse de la obra de Bataille para alcanzar algún tipo de inteligibilidad secular o de comprometerse con la aridez del discurso académico, sino que está escrito como una comunión.
Se discuten cuestiones teóricas de la filosofía, la sociología, la psicodinámica, la política y la poesía, pero solo en tanto que peldaños hacia las aguas profundas del sacrificio textual, donde las palabras enmudecen ante la voz quebrada de la muerte. La modernidad es desvestida hasta sus cimientos kantianos, con su filosofía trascendental del objeto, pero la obra de Bataille atraviesa violentamente esta lectura tan disciplinada para revelar las fuertes corrientes subyacentes que nos llevan hacia el caos y la disolución: un violento impulso de huida, la sed de aniquilación.