Descripción
Una de las novedades formales, al margen de su temática onírica y surrealista, fue la inclusión del color en un contexto donde todas las obras se publicaban en blanco y negro. El autor afirmó que Nejishiki era un ejercicio puramente artístico, alejado del concepto tradicional del manga. No obstante, más tarde se desdijo a sí mismo al asegurar que solo había plasmado sobre el papel un sueño que tuvo una tarde de verano tumbado sobre el tejado de una caseta donde se vendía ramen. La razón de plasmar su sueño sobre el papel fue bastante prosaica: se acercaba la fecha comprometida para entregar una historia y no tenía nada preparado. A falta de otra cosa, decidió, por tanto, enviar Nejishiki, que se convirtió de inmediato en una obra de culto. A pesar del manifiesto desinterés del autor en el mundo de los sueños, Tsuge abrió un camino que otros transitarían después.