Descripción
El mundo libertario produjo una incidencia de transformación cultural equivalente a la que, para la clase burguesa, representó la Ilustración del siglo XVIII. Es decir, no sólo la aportación de una enorme cantidad de datos culturales previamente ignorados por el sujeto pueblo, en todos los órdenes del saber, sino, sobre todo, la plasmación de una nueva mentalidad, o sea, una forma nueva de aquilatamiento y valoración de los datos culturales concernidos, con resultado de una nueva visión del mundo, la adquisición de un nuevo sentido de las cosas en la evaluación de causas, procesos y fines, una nueva forma dinámica de conocimiento que, a la vez que permitía el rechazo crítico del pasado, integraba el compromiso de una acción práctica coherente, de manera que quedara establecida la unidad de un nuevo estilo de sentir, pensar, desear y obrar.