Descripción
Quizá sea necesario justificar cómo, no siendo virólogos ni epidemiólogos, podemos permitirnos opinar sobre SARS-CoV-2, covid-19, ffp2, kn95 o BNT162b2. Pues bien, no tenemos justificación. Sin embargo, quienes piensen que este propósito es disparatado estarán defendiendo una posición política tan nítida como la nuestra, y desde luego mucho más dogmática. Pero, como vivimos en Durango y Poitiers, es decir, lejos de los centros donde se toman las decisiones y se crea la opinión, pensamos que tenemos la legitimidad necesaria para expresar nuestro rechazo a la forma en que está tratándose la enfermedad causada por el virus, así como a la anuencia general que rodea esta gestión. Nuestra idea es sencilla: la gravedad de la epidemia, innegable, no basta para amparar el recorte de libertades por todas partes, y mucho menos aún el crimen que está cometiéndose contra los más jóvenes. Estamos convencidos, por lo demás, de que muchas personas compartirán gran parte de lo que diremos a continuación, aunque se trate de ideas que cuesta encontrar en la opinión publicada por culpa de un consenso viscoso que sirve para coartar todo tipo de debate.