Descripción
El ruido de los cristales rotos se oye por toda la calle. Los escaparates de Oxford Street acaban de estallar. En una acción coordinada, el 1 de marzo de 1912 cientos de sufragistas convergieron en la zona comercial de Londres para hacer saltar por los aires los escaparates de los establecimientos. Una calle cada quince minutos. Cuatrocientos comercios atacados. Más que un sabotaje, un acto de guerra. La elección de los comercios como objetivo del ataque no había sido casual. La aparición de los grandes almacenes unas décadas antes no sólo había cambiado la geografía de las ciudades, sino también los discursos sobre el género. Sufragistas, dependientas, psiquiatrizadas y ladronas desafiarán a la sociedad victoriana y subvertirán los roles que les habían sido asignados.