Descripción
A raíz de su experiencia personal y de su manera de entender y practicar la militancia, nos transmite la importancia de entender por qué «lo personal es político» y nos carga de razones para luchar por un mundo más justo, igualitario y sin prostitución, para las mujeres y las niñas.
«comprendí que mi historia personal era una cuestión profundamente política, era la historia de las mujeres que el patriarcado pone a disposición de los hombres como mujeres públicas […].
Las abolicionistas nos exponemos mucho al enfrentarnos a una perversa, mafiosa, poderosa y dañina industria millonaria, que pretende que nuestro destino sea servir sexualmente a los hombres. Es una batalla larga y dura, pero será un orgullo saber que hemos formado parte de un movimiento noble y justo, que ha dejado como legado, para las que quizá aún no han nacido, un mundo sin prostitución […].
Hagamos la «revuelta de las putas».