La buena voluntad

22,00

Ingmar Bergman
Fulgencio Pimentel

Ingmar Bergman (Upsala, 1918-Fårö, 2007) fue uno de los más importantes directores de cine de la segunda mitad del siglo XX, extraordinariamente personal y profundo, características que se trasladan intactas a su literatura (no en vano fue el guionista de la mayor parte de sus películas). Toda su obra pretende penetrar el alma y la conciencia humanas, como demuestra su trilogía familiar literaria compuesta por «La buena voluntad», «Niños del domingo» y «Conversaciones íntimas», recuperadas ahora por Fulgencio Pimentel.

Descripción

La inmensa estatura de Ingmar Bergman como cineasta ha eclipsado demasiado a menudo su también inmensa importancia como escritor. En la primera entrega de su «trilogía familiar», Bergman reconstruye, a partir de fotografías, especulaciones y frases dichas a media voz, los primero años de la turbulenta relación de sus padres. Una relación enferma, llena de epifanías y decepciones, herida por los prejuicios y el hostigamiento familiar, si no por el mismo impulso que la hizo nacer. Concebido como un epílogo al filme Fanny y Alexander y convertido en serie de televisión y largometraje por Bille August como Las mejores intenciones (ganador, a su vez, de la Palma de Oro en Cannes), La buena voluntad es quizá el título más importante de la obra de Bergman como escritor. La cercanía sentimental del autor con lo narrado y el peso de los protagonistas en la formación de su propia sensibilidad convierten esta novela en la más íntima de sus indagaciones en las pasiones humanas, un rotundo testimonio de la conducta de hombres y mujeres que Bergman aprovecha para revisar y fijar la nómina completa de sus obsesiones: la incomunicación, los secretos, la mentira, la culpa, las relaciones de poder en el seno de la familia, el vértigo sexual, la convivencia en pareja, la esperanza (o la fe) y su pérdida. Y el rencor, como incesante y mórbido baile de máscaras.

Afinidades