Descripción
Philomena Franz sufrió la persecución racial, el trabajo forzado, la destrucción de su familia, la tortura y la deportación a campos de exterminio como Auschwitz. Sus recuerdos dan testimonio de todo ello y reclaman un lugar en la memoria europea para el pueblo romaní. Es una voz tierna y naíf que se eleva en medio del silencio al que se condenó a estos supervivientes del Holocausto tras la derrota de Hitler. Acabada la Segunda Fuera Mundial, la justicia y la sociedad les negaron el reconocimiento como víctimas del totalitarismo, prolongando los prejuicios contra los gitanos del régimen nazi. Su testimonio significa una contribución decisiva para la demanda romaní de justicia y, de hecho, abrió el camino para la publicación de otras memorias a finales de los años 80.