Descripción
Es, a mayores, una luminosa muestra del ambiente y de las condiciones de vida de quienes trabajaban en la —todavía en pañales en los años cincuenta— industria del celuloide de nuestro país, apoyada en la leyenda de que los productores de cine español de la época eran empresarios valencianos de la naranja. La presente edición cuenta, además, con un magnífico epílogo de los simpares Aguilar y Cabrerizo: «El vendedor de naranjas y otros relatos de cine y picaresca (y perdón por la redundancia)».