Descripción
Primero llegan la tormenta y el rayo y la muerte de Domènec, el campesino poeta. Luego, Dolceta, que no puede parar de reír mientras cuenta las historias de las cuatro mujeres a las que colgaron por brujas. Sió, que tiene que criar sola a Mia e Hilari ahí arriba en Matavaques. Y las trompetas de los muertos, que, con su sombrero negro y apetitoso, anuncian la inmutabilidad del ciclo de la vida.
«Lo que triunfa en todo el relato es la alegría de narrar» (Ponç Puigdevall, El País)
«El oficio narrativo entendido como un esfuerzo de construcción, de ir y volver, de no dar nada por bueno a la primera, de jugar con la fina línea que separa la realidad y la ficción» (Esteve Plantada, Nació Digital).