Descripción
Lampedusa, de lepas, la roca erosionada por la furia de los elementos, que resiste en la vastedad del mar abierto. O Lampedusa, de lampas, la antorcha que brilla en la oscuridad. En esta isla que se extiende hacia el sur, entre África y Europa, Davide Enia mira a los que llegan y a los que esperan. Por un lado, una multitud en movimiento, que cruza países enteros y el mar Mediterráneo, en condiciones más allá de toda imaginación. «Serán ellos los que empleen las palabras exactas para describir lo que significa llegar a tierra firme, después de escapar de la guerra y de la miseria, persiguiendo el sueño de una vida mejor. Y serán ellos quienes nos expliquen en qué se ha convertido Europa y nos mostrarán, como un espejo, en qué nos hemos convertido nosotros.» Por el otro, para tratar de darle la bienvenida, un puñado de hombres y mujeres al borde de una época y un continente.